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Adishatz (6a, 420 m). Pico Spijeoles (3065m).

El Spijeoles es conocido por su magnífico diedro de la cara Este, clásico entre las actividades de escalada en Pirineos con una dificultad asequible y que no le resta merito a su realización.

Hace unos años (2008) se abrió a su derecha, por una zona más monolítica y de manera directa una vía que asciende hasta la misma cima y que con el paso del tiempo se está convirtiendo en la verdadera clásica de la pared.

primeros rayos de sol en la pared.

Conocedores de su apertura desde el primer momento, no habíamos tenido ocasión de acercarnos hasta esta zona para escalarla.

Nos planteamos la actividad en dos días, el primero subiendo hasta el lago de Espingo, donde podríamos escalar en las paredes que lo dominan y el segundo día escalar la Adishatz y volver al valle. Lo bueno de hacer planes es que siempre los puedes deshacer. Así pues comenzamos a caminar un día de finales de julio entre niebla y llovizna, pues la previsión para el día era buena.

Al llegar a la zona donde se supone que estaba el lago y el refugio de Espingo,  buscamos un lugar donde plantar la tienda y esperamos pacientemente a que despejase la niebla y con ella nuestras dudas sobre dónde estábamos. Cuándo esto ocurrió asumimos que no iba a ser posible escalar ese primer día, todas las paredes rezumaban agua y ya era media tarde.

Al día siguiente con dudas si la niebla persistente durante toda la noche despejaría y nos dejaría ver donde estaba el omnipresente Spijeoles, comenzamos a caminar hacia nuestro objetivo, poco a poco despejó,  quedando un día para el recuerdo, claro, despejado y caluroso.

En cuanto a la escalada, resultó desde el primer momento muy disfrutona, con los seguros suficientes para seguir la vía y escalar a buen ritmo, salvo dos o tres clavos, son todo parabolts del 10.

en el paso mas dificil de la vía, convenientemente protegido y muy cerquita de la reunión.

La vía está prácticamente equipada, solo en algún que otro sitio se utiliza algún friend de talla mediana.

La vía acaba en la misma cumbre del pico y las vistas son espectaculares, destaca el Vignemale con su glaciar a lo lejos, las Maladetas en el lado opuesto y justo enfrente tenemos el Gran Quayrat, el Lezat  y el Perdiguero, salteado de multitud de lagos, que convierten esta zona en una de las más bellas y salvajes del Pirineo.

El Gran Quayrat y el Lézat.
bonitas y siempre agradecidas placas a escalar en altura.

bonitos diedros de agradable escalada

Solo queda la vuelta al valle, con más de 2000 metros de desnivel de descenso, bajo un sol tremendamente achicharrador.

en los metros finales de la vía.

Como nota lamentable, durante el descenso desde Espingo hasta las Granjes d’Astau nos fuimos cruzando constantemente con toda una multitud de veinteañeros que subían hacia la zona del lago, con todo tipo de equipamiento para nada dentro de lo previsible en una zona de montaña, (bolsas de deporte como mochilas, tiendas de dormir auto-montables colgando de los hombros, neveras de camping, bolsas de la compra, mochilas estilo Delibero, incluso sillas plegables,) todos en peregrinación a una Rave en la montaña en estos tiempos en los que este tipo de concentraciones están restringidos en los lugares habituales. Lástima.

Malos tiempos para la montaña …

el croquis que utilizamos para la ascensión,

 
 
croquis adishatz
obtenido de topopyreneens.com